El proceso de control de esfínteres es un camino largo en el desarrollo de los niños, y no sigue un patrón rígido, es decir, no en todos los casos se da de la misma manera. Cada niño va a ir a su propio ritmo y es importante comprender las diferentes etapas y señales que indican su preparación para este gran paso hacia la independencia.
Fases en el camino del control de esfínteres
Recordá que esto no es tan programado, simplemente hay una tendencia a que pase así, “siguiendo estos pasos”:
- Inicialmente, los niños no muestran mucho interés ni tampoco incomodidad al hacer pis o caca en su pañal. No les molesta, es más un reflejo, ya que no media la voluntad en ese acto.
- Acá el niño es capaz de reconocer cuando está sucio (idealmente le genera incomodidad) y puede expresarlo (de la manera en la que se comunique): “me hice pis/caca”. Por ejemplo, una forma de expresarlo es quedándose en cuclillas, sin sentarse del todo sobre el pañal, eso indica la incomodidad. Esta capacidad de comunicación es súper importante en el proceso.
- El niño comienza a reconocer cuando está haciendo pis o caca y puede comunicarlo en el momento.
- En esta etapa del camino, el niño comienza a detectar las ganas previas de hacer, se anticipa a la acción. Puede hacerlo con frases como “Me voy a hacer pis/caca”. También puede asociarlo un espacio con las ganas y pueden decir “Inodoro” e ir corriendo hacia él. No importa realmente cuánto tiempo antes avise, si no que exista el registro, ya que esto va a ir mejorando con el tiempo en su proceso de control de esfínteres.
- Finalmente, el niño ya sabe que tiene ganas de hacer pis o caca, puede retenerlo e ir al baño a tiempo.
Registro del control de esfínteres
El registro en sí tiene este camino, se chequea:
-caca durante la noche
-caca en vigilia
-orina en vigilia
-orina nocturna
Es importante entender que, aunque el despertar con el pañal seco puede ser un indicador de progreso, no necesariamente significa que el niño está listo para dejar los pañales. Muchas veces, esto guarda relación con una disminución en la producción de orina nocturna o disminución de la ingesta de líquidos u otras cuestiones del orden fisiológico. Esta es una de las variables a tener en cuenta, pero recuerden que también hablamos de la necesidad de cierta madurez motora, neurológica y emocional.
El control de esfínteres es un proceso gradual y variable que requiere paciencia y comprensión (sí, estas dos siempre están, ¡amiguémonos!). Al reconocer las diferentes etapas y señales que indican la preparación del niño, los padres pueden brindar el apoyo adecuado en cada paso del camino hacia la independencia en el uso del baño. Como siempre les decimos, ¡cada niño es único!, y es importante respetar su ritmo individual de desarrollo. Además, por cualquier duda o consulta nos tenés siempre a mano para que te prestemos guía en estos procesos.