El sueño de un bebé (lo sabemos muy bien acá) es un proceso complejo que va evolucionando con el tiempo, hoy vamos a hablar de lo que pasa a eso del cuarto mes de vida. Poder comprender cómo funciona este proceso puede ayudarnos a brindar un sueño más reparador a nuestros bebés (y a nosotros mismos también).
Ciclos de sueño en el cuarto mes
En esta etapa, aproximadamente, los bebés empiezan a tener ciclos de sueño distintos a los de los primeros meses: se comienza a aligerar su sueño, debido a las fases superficiales de cada ciclo. Esta es la llamada “regresión del cuarto mes” y se da debido a que cambia la fisiología del sueño del bebé.
Entre cada ciclo de sueño, se produce un despertar parcial. Durante ese despertar, hay que tener en cuenta que el bebé puede notar su entorno y compararlo con la situación en la que se durmió inicialmente. Y, si encuentra que es una situación distinta, lo más común es que llore buscando volver a esa situación familiar que le permitió dormirse (tomando la teta, a upa, de la mano con mamá…).
La Importancia de unir los ciclos
Aunque los despertares parciales son normales y fisiológicos, es decir, saludables, son una interrupción en el sueño tanto del bebé como de los padres.
Por eso, algo que podemos implementar para fomentar un sueño continuo es permitir que el bebé aprenda a dormirse solo al comienzo de la noche. Esto significa que, cuando experimente esos microdespertares, se encontrará en la misma situación en la que se durmió inicialmente, lo que puede facilitar que vuelva a conciliar el sueño sin necesidad de nuestra ayuda.
Sin exigencias
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante entender que no podemos esperar que el bebé logre algo a las tres de la mañana que no pudo lograr al principio de la noche. Así que, exigirle que duerma solito después de haberse dormido inicialmente con ayuda, puede llegar a ser de gran frustración para él y nosotros.
La evolución de los ciclos a partir del cuarto mes
A medida que avanzan los ciclos, los bebés ya no pasan por estados tan profundos de sueño. Esto significa que se vuelven más susceptibles a los estímulos del entorno y pueden despertarse con más facilidad cuando avanza la noche. Es común que entre las 3 y las 5 de la mañana los bebés sea más difícil que los bebés puedan retomar el sueño. Por eso, hay que tener en cuenta esto para considerar el entorno en el que duerme para que no haya ningún estímulo en el ambiente que pueda interferir en su vuelta a dormir.
Consejos para un mejor sueño
Rutinas: Mantener una rutina consistente antes de dormir puede ayudar al bebé a asociar ciertos rituales con la hora de dormir, lo que facilita la transición al sueño.
Ambiente: recordá que tiene que haber un ambiente tranquilo y oscuro para favorecer el sueño.
Autonomía: lo que comentamos antes, es mejor que el bebé aprenda a dormirse solo para promover una mayor independencia y facilitar la vuelta al sueño cuando tenga los microdespertares.
Paciencia: ¡siempre! El proceso de enseñar al bebé a dormir puede llevar tiempo y cada bebé es único, no te vuelvas loco/a.
A través de estrategias que promuevan un sueño continuo y reparador, tanto el bebé como la familia pueden disfrutar de noches más tranquilas y descansadas. Si sentís que necesitás guía en este proceso, sin dudas contás con nuestra ayuda o podés también aprender más por tu cuenta con nuestros cursos.