Criar a nuestros hijos es todo un desafío, especialmente cuando enfrentan momentos de frustración. Por eso, acá te dejamos algunos consejos sobre lo que deberías hacer cuando tu hijo/a está frustrado/a:
No te desregules
Como adulto, sos el modelo de calma para tu hijo/a. Es fundamental que mantengas la compostura, ya que tu estado emocional no debe depender de su estado emocional. Si te desregulás, lo/a cargás con una presión adicional y no lo/a ayudás a recobrar la calma.
Conectá con su punto de vista
Intentá recordar que, aunque no siempre entiendas qué está causando esa frustración, para él/ella es algo importante. Imaginá la frustración que sentirías si no pudieras encontrar tus llaves o billetera antes de una cita importante. Este ejercicio de empatía te ayudará a manejar mejor la situación.
Disponibilidad durante
Si tu hijo/a busca consuelo a través del contacto físico, como pedir que lo abraces o que lo acaricies, brindale ese apoyo de inmediato. Está tratando de regularse emocionalmente con tu contacto. Recordá que consolar no significa conceder a todas sus demandas.
Coherencia
Tratá de mantener la coherencia en tus acciones y decisiones. Si tiene una explosión emocional porque no obtuvo lo que quería, como una vuelta en la calesita, mantenete firme. Ceder en estos momentos puede enseñarle que la pataleta es una estrategia efectiva para conseguir lo que desea. Es importante ser coherente para no reforzar conductas inadecuadas.
No darle importancia al resto
No te dejes influenciar por la opinión o las miradas de las demás personas. Cada niño/a es único/a y vos conocés mejor que nadie sus necesidades. La crianza es un proceso personal y no debe ser dictado por la "opinología" externa.
No tengas miedo
Recordá que estos momentos van a pasar. Las frustraciones y pataletas son parte del desarrollo y, con el tiempo, aprenderá a manejarlas mejor (y vos también).
El momento lo es todo
Evitá enseñar una lección o "bajar línea" en medio de la frustración. Esperá a que se calme para poder hablar con él de manera clara y acorde a su edad. Una vez pasada la tormenta, es el momento adecuado para validar sus sentimientos y explicarle lo sucedido.
Aprender a soltar
No continúes recordándole su comportamiento durante el resto del día. Una vez que la pataleta pasó y volvió a la calma, dejá el incidente atrás. Ningún/a niño/a disfruta de las pataletas, y necesitan seguir adelante sin recordatorios constantes de lo sucedido.
Esperamos que estos consejos te ayuden en momentos difíciles. Recordá que no estás solo/a en este camino. Criar a un/a hijo/a es una labor desafiante pero también gratificante, y cada momento de frustración es una oportunidad para aprender y crecer juntos. Podés leer otro artículo sobre las frustraciones acá.
Podés aprender más sobre este tema en nuestro curso “Tips y estrategias para acompañar a nuestros hijos: berrinches, sueño y mucho